Volverás

Envueltos en una nube de desesperación y vicio. Cometiendo todos los pecados. Empapados en sudor.

Después, calma. Fatiga y taquicardias de besos interrumpidos, tus gritos en mi oído.

Con el cartel que tú me colgaste del cuello preparado para cuando te marches.

Cerrado por derribo. Peligro. Corazón en ruinas. Solo personal autorizado.

Derramado por tu cuerpo. Esperando a encostrarme con el sol del alba, no encontraba razón para separarme de ti, ni lugar a donde ir si me arrancabas con las uñas.

El mismo que creía ser dueño de sus latidos ahora depende de ti para poner un pie fuera de la cama.

Pero aún me mantengo crudo mientras me pudro.

Sigo siendo el deseo de tus pupilas.

Sigo vibrando cuando me miras.

Eléctrico, frenético. Un parpadeo que me deja abatido por la onda expansiva.

Se vuelve contra mí como una cuerda de guitarra rota, quebrando un sonido sordo, un quejido gutural del alma.

Y tú, te jiras indiferente al daño que haces con el azote de tu pelo en mi cara. Coges tus cosas y te marchas. Repudias después de haber mendigado por un sorbo de cariño.

Me pregunto el por qué y luego pienso en para qué sirve preguntármelo. Si vuelves sé que caeré en tus labios. Si vuelves será inevitable. Si vuelves seré tuyo.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.