Desperdicio de jóvenes. Generaciones enteras con cerebros muertos a causa de la droga, preparados para la batería de ordenes que recibirán más adelante. Después de haber derretido la glándula pineal en nuestros primeros días en el mundo de los borregos, dispuestos para el control mental con medios de comunicación, comienza la batalla contra el mundo burocrático para dificultar cualquier propuesta que defienda tus derechos como humano, o como ser vivo. Y si reivindicas tus necesidades, la misma ley actúa con violencia dentro de un contexto confuso de seguridad para el ciudadano. Usan a placer una ley abstracta, construida en apariencia bajo la mirada democrática de unos pocos. Un circo de payasos y nosotros. Un círculo de secretismo y corrupción que abarca desde las guarderías infantiles hasta las universidades. Perturbando la moralidad humana. Privados de nuestra conciencia espiritual somos masas fáciles de malear, una oveja más, algo fácil de usar. Se aprovechan de la necesidad y acabamos inmersos en su sistema social reciclado de vertedero. Un ejemplo es el racismo. El arma perfecta para unificar y posteriormente destruir. Destrozaron la educación para que fuera más sencillo doblegarnos pues, no quieren genios, quieren burros, con todo el respeto al reino animal. Una mente abierta es indomable, y mil son un ejército incontrolable. Nos han habituado al consumismo irracional acrecentando el concepto hediondo de los productos de primera necesidad. Desorbitando los precios de los alimentos más básicos.
Comprar y gastar. Trabajar más para comprar más para gastar más. Para hacerte apto de cara a la saciedad de consumo. Para presumir de que tienes más que el de al lado, y que él es inferior porque tiene menos que tú. El materialismo pudre los pilares de la humanidad. Por eso existen los ricos y los pobres, Y los ricos cada vez son mas ricos y los pobres cada vez son más.
Con el tiempo te acabas dando cuenta de que si el humano es una consecución de accidentes, no podía haber otro resultado que este.
A veces odio a la gente, a las personas, a cualquiera que me cruzo. Irrespetuosos, conformistas, ignorantes. Quieren amar y sentirse amados en un mundo dominado por la oferta y la demanda, un amor posesivo, falso. Quieren amar y sentirse amados siempre que quien les corresponde no ame a nadie más.
Convertidos en seres egoístas, materialistas, y demasiado superficiales para tener una oportunidad en cualquier otro mundo en el que nuestros cinco sentidos no sirvan para nada.
Habitantes de un lugar llamado mundo. Que, por ningún concepto, se violen las leyes impuestas, leyes que ellos no crearon ni eligieron, pero que, en el momento que tuvieran que saltárselas sería injusto que pagaran por ello.
Finalmente una persona acaba reducida a un ser mal oliente, perfumado o no. Cada uno con su moda o su estética. Incapaces de ducharse todos los días pero si de impregnarse de colonias y esencias únicas de alto precio. Si tuviera la oportunidad encerraría a todos estos descerebrados en el zoo.
No podéis encasillarme. Vosotros desclasados sois incapaces de definirme, si a caso de insultarme. Mi cerebro es independiente a la realidad que creasteis.
Encerrados en esta cárcel en la que unos están por estar y otros por mantener el orden, yo estoy por estar y sufro sus ironías, sus faltas de respeto. Rodeado de gente que muere de hambre y gente que muere por comer demasiado. La humanidad es innecesaria y su futuro muy trágico. La única pena que me da todo esto es saber que formo parte de ello, del sistema, del circo. Estoy cansado de luchar por lo mío y por los míos, pero si no lo hago exploto. Si no lo hago siento que le debo algo a mis seres queridos. No se puede cambiar el mundo sin violencia, pero se ha derramado demasiada sangre en vano. Es momento de que los incompetentes callen y que las cabezas vuelen.
Mi propósito para el año nuevo es, cambiar yo mismo para cambiar el mundo.
