La vida es muerte. Mientras vives, mueren partes de ti continuamente sin poder evitarlo. Pero en ocasiones somos nosotros mismos los que nos encargamos de matar, eliminar del recuerdo esas partes vivas que pertenecen al alma misma.
Esta sería la explicación simple sobre mi teoría de vivir matando o morir en vida. No trato de imponer ninguna mierda con esta declaración. Creo que para sobrevivir uno debe crear un entorno espiritual privado, un lugar en el que esconderse. Un palacio de recuerdos lleno de todo lo que gusta con lo mejor de tu historia. Esos momentos que son parte de ti como una cicatriz y que han establecido un antes y un después en tu caracter. ¿Cómo librarte de ellos? Si aquello que te da vida solo existe en tu memoria, ¿qué clase de vida es esa?. Es una farsa del tamaño de una pirámide pienso yo, yo que estoy en la cumbre de esa pirámide. No eres el de antes pero tampoco eres una evolución. Eres simplemente un resultado.
Me miro al espejo y no me reconozco. Los años han pasado muy deprísa de pronto, o es que el tiempo transcurre de otra manera cuando te estás matando a ti mismo. En realidad lo que ves es al berdugo de tu memoria. Cuando acabe con todo no conocerás otra cosa y él será la imagen que tendrás que aguantar el resto de tus días. Todo ha pasado muy rápido, no sé como manejar la situación, no sé quíen tiene el control y en pocos segundos está todo lleno de sangre y grito como la víctima del sacrificio. Pero en realidad soy yo matando todas esas partes vivas. Toda esa mierda me ahoga.
No puedo aguantar el hambre. Los músculos se cristalizan y me pitan los oidos, es como si cambiara de frecuencia. Todo es más sensible y lo energía solo se gasta en cumplir tus funciones vitales. Pero matar de hambre a estas partes vivas es más fácil que romperme las manos contra la pared, gasto demasiada enegía destrozando cosas. Tirar los pilares de tu palacio de los recuerdos a puñetazos nos es tarea fácil. Allí no hay electricidad ni aguacorriente ni tampoco comida. A veces lo mejor es sentarse y observar como todo se cae a pedazos. No es nada satisfactorio.
