Soñé que estabas en uno de tus malos momentos y habías venido a mi casa a pasar la noche. Estabas en una cama en el salón de mi casa. Tú en tu cama y yo en la mía.
Me llamaste en voz baja y me dijiste que no podías dormir y que tenías frío. Te traje más mantas y un pequeño televisor, para que te sintieras cómoda y te relajaras.
Volví a mi cuarto he intenté dormir, a pesar del ruido de los dibujos animados que estabas viendo. Ya te sentías más despreocupada y tranquila porque te oía reir y charlotear como un de los personajes.
Yo estaba a punto de quedarme dormido, cuando de pronto he sentido un golpe en el hombro y un aliento cerca de mi, susurrando -«Eh!»-. Lo sentí como un golpecito con dos dedos, como para comprobar si estaba dormido.
Entonces me he despertado y me he dado cuenta que no había nadie más en mi casa. Era todo un sueño. Que no ocurrió en realidad.
