Tira una moneda al aire. Ten por seguro que vas a recuperarla, aunque no confíes demasiado. La gente está pasando por malos momentos, y si pestañeas te lo pierdes. Vale, empecemos otra vez.

Tira una moneda al aire. Digamos que conoces la probabilidad exacta del resultado. Habría que ser idiota para no saberlo. Una moneda tiene dos caras. Todo el mundo sabe que hay un cincuenta por ciento de posibilidades de que salga cara o cruz. Empecemos otra vez. Me voy por las ramas.

Tira una moneda al aire. Soy un hombre de fiar y me gusta jugar, me gusta apostar. Uno de esos ludópatas que no te dará problemas porque en cada jugada siempre ve la ganancia. Nunca reconoce una pérdida. No acepto la derrota. Por lo que tira una moneda al aire.

Tira una moneda al aire. Solo estamos tú y yo. Nos jugamos la vida. Si el premio no fuera interesante no estaría jugando ,y sería algo demasiado temerario jugarse la vida lanzando una moneda al aire. Asique nos jugaremos tu vida, mejor.

Estoy metido en la bañera. Digamos que me he tomado alguna pastilla de más, de esas que receta el médico a los pacientes con algún trastorno. La probabilidad de que gane, o pierda, segun cuan interesante sea el premio, aumenta, pues mis habilidades están mermadas. Tengo la radio enchufada y está sonando mi composición favorita de Bill Evans. Sería una irresponsabilidad por mi parte poner cerca del agua esa radio sonando a todo trapo, pero lo he hecho. Y sería una puta locura dejarla caer dentro de la bañera. Por no decir que he estado lanzando una moneda al aire durante los últimos curenta y cinco minutos. Jugando a que ,si sale cara, la radio caerá en la bañera. Y si sale cruz no moriré electrocutado. Cuarenta y cinco minutos sin aceptar un resultado. Pero te aseguro que esta será la definitva ¿A que no adivinas que quiero que salga?

Tira una moneda al aire y los dos lo sabremos.