En el travesaño donde cuelgan las cosas, una lámpara golpea mi cabeza cada vez que paso. Soy demasiado alto para este lugar. Lejos de ser un sueño a medida, los deseos no conciben lámparas de Ikea en un espacio etéreo. El espacio viene siendo abstracto y se puede agrandar a necesidad de las emociones. Por ejemplo; yo en algún momento empecé a colocarlo todo por encima de mi cabeza, quizá por hacer cosas que están fuera de mi capacidad. Encontrarle el sentido a una gilipollez absurda. El caso es que no es una forma de solucionar nada, todo sigue por en medio. El habitáculo se vuelve absurdo, la estancia es incómoda y nadie quiere venir aquí, no hay visitas.
Abro ventanas para poder respirar. La vecina del edificio de enfrente me lanza una mirada inerte para recordarme la realidad en la que vivo. El mundo ya es demasiado difícil como para complicarlo con dolores artificiales creados de la nada. Los problemas vienen por gotas, en ocasiones oleadas. A veces tiro de la cadena como cualquier día y el wc se atasca. La mierda desborda por todas partes y no hay cojones de entrar con un desatascador a remediar el problema.
Problemas… acude a un profesional cuando tengas problemas. Algún número de teléfono en la guía. Una llamada de auxilio. Un proverbio chino que de la nada muestre el camino, la decisión correcta, la cura sin dolor. Un doctorado para darle solución.
Mira, si fuera por todas las hostias que me ha dado la vida y por las cosas que me agobian a diario, empujaría una silla de ruedas con la espalda hecha añicos y puñaladas por todas partes. Es más, me dejaría caer cuesta abajo sin frenos, sin poder de decisión. Mi elección es no tener elección, pero ese no es el caso.
Si no fuera por la manera en la que complico mi vida, no sería vida. Por eso, el sentido de las cosas es que no tienen sentido. Hacerlo con la confianza que merece y el optimismo que necesita. Hacerlo por amor. Amarte por mucho que se golpeen nuestras cabezas. Porque en algo tan abstracto como el espacio en el que nos encontramos, a veces es difícil saber quien está arriba y quien abajo. Quien está sentado en el techo y quien camina por el suelo. Sé que me encanta el mundo que hemos decorado juntos y todo lo que soy ahora que no era antes. Me encanta mirarte desde abajo y que tu te pongas de puntillas en el techo para darme un beso. Me encanta la manera que tienes de parar el tiempo y reproducir la música hacia atrás. Me enamora la forma en la que lees las cosas que digo al revés para encontrarles otro sentido. Contigo miro donde nunca imaginé que hubiera algo y aprendí a ser paciente y a tomar cuidado con cosas que sucederán después.
Un día como hoy me di cuenta que no hay nada mejor que la manera en la que me haces sentir. Del revés, con el corazón fuera y el pasaporte en blanco. Un día como hoy en el que tengo la sensación que he perdido el norte. Supongo que nos encontraremos. Solo sé que te amo.
