Pero qué barbaridad estás diciendo

el

La Revolución romántica

Perdemos la estima, a nuestro alrededor se marchita el mundo con débiles intentos por ser lo que un día fue. No somos científicos ni profetas, pero podemos saber el futuro, concretar fechas, evitar catástrofes, salvar la vida de miles.

Robando estas palabras que un alma grabó algún día, existen dos tipos de personas en este mundo, las que tienen herramientas y las que carecen de ellas. Son todos bellos a los ojos del señor, pero no igual de útiles. Benedictos todos, de gracia y vitalidad, pero sin un puto gramo de cerebro dentro del coco. No estamos hablando de evolución genética precisamente. El destino que escribimos cada día se torna en un miserable circo de payasos llorando sin trabajo.

Llorar es gratis, pero si eres lo suficientemente listo podrías llegar a cobrar a los demás por ello. Ocupamos un lugar en la historia en el que todo puede ocurrir sin miedo a la creatividad de los más perversos. Los delirios más perturbadores, hilados al poder y al control de aquellos que si tienen herramientas.

Teclas de piano, marfil y ébano. Todas parecen iguales, pero suenan diferente y dependen de la harmonía, abstracta e incontenible. Es como si nos hubieran metido a todos en el mismo recipiente a oler nuestros propios pedos para discutir cual huele mejor. La mierda del vecino como objeto de entretenimiento.

Las mentes simples son fáciles de manipular. Similares a las computadoras solo entienden unos y ceros. A la ruina llegaron exangües y no saben como sobrevivir. Más sencillo entregarse a un adversario sabiendo que empatiza con una especie débil.

Crear el concepto de la necesidad como una forma de enfrentar a las personas, el fin justifica los medios y el dinero paga el resto. Y por cada euro que entra en nuestra cuenta se resta el tiempo que invertimos para conseguirlo. Perdiendo así el significado del ser humano, ganando así un esbirro para la eterna cadena del enriquecimiento.

Un encuentro furtivo en depredador y presa. Como siempre la evolución no es para el más fuerte, sino para el más inteligente y capaz de adaptarse a cada situación. Todo está calculado y solo uno de ellos sabe el resultado. Que finalmente uno acabara trabajado, entregado a la servidumbre de un sistema que no piensa en él o ella como individuos.

Podréis volveros locos con lo que digo, o tal vez no hayáis entendido ni un gramo de toda la mierda que acabo de vomitar. Basaros en la sencillez de lo aplicado. Y conforme el tema se argumenta y contradice, encontraréis el sentido las cosas.

Los tesoros siempre aciertan, pero el norte sigue siendo una asignatura pendiente. Por eso estamos todos como putas cabras, faltos de cariño y de moral.

Los que solo responden a oferta o coacción, hijos de los que lucharon por la libertad que hoy se esfuma. Tenemos el vínculo, tenemos las herramientas y somos dueños del tiempo.

Sueño con una revolución de románticos y artistas. Sueño con que mis palabras vuelven a ser las que antaño cortaron cuellos y descabellaron reyes. Asesinos dramaturgos en revueltas intelectuales por las que dejar a condes y marqueses de rodillas con la boca abierta.

Ya que somos el arma en crudo, el principio existente de peligro materializado, ya que nos han otorgado crear las herramientas que ellos en las élites nos ocultaron. Hagamos ahora del conocimiento un templo con el que divulgar la soberanía de la mente sobre el dinero y no al contrario.

Un comentario Agrega el tuyo

  1. Avatar de Desconocido Anónimo dice:

    para discutir cual huele mejor…

    Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.